por Alicia Sisso Raz
“Seliḥot; seliḥot…” Se oía la voz del berraḥ en las caleĵas de Jerusalén por las mañaitas, y en todo el ˁolám escuraña y ḥoshej misrayim. Al oyer esa ˁaitá, se shenshleaban todos del sueño. Los metidos, los que eran reliĝiozzos, se alevantaban con ḥalḥalás y corasson alegre pa ir a la eznoga. Ma los otros, los ḥazembatalados que pasaban el tiempo en mal y en sal, hablando debarim betelim con uno y con otro, se quedaban apegados a sus camas, sin querer de alevantar. Venía el berráḥ y se quedaba ensembrado frente de sus cazzas, ˁaiteando y dando golpes en la puerta con un palito ḥatta que los mesheados, fetneandosen que el topiĵo del berraḥ no tiene tekumá, abrían la puerta, y ellos bien enkaˁasados.
Y el berraḥ, él ya sabía bien sabido las cozzas que le van a dizir, pamorde que siempre le dizían lo mizmo: “A mira ferazmal, que estoy malo muriéndome, no sepas de mal. ¡Meḥilá! esta mañana no cuedoy paitnear las Seliḥot, que mi voz está estropeada, un keffús bahlús.” Al oyer estas falsías, el berraḥ ĵorreaba al ḥalampón afera de la cazza, y le dizía, “wa, se te arse tu salud y tu mazzal, y pasado sea tu mal. Sanito y wueno; sanito y wueno a babá. Ma, míralo bien mirado ferazmal, que si tan caído y malo estás, ¿a no vendrás pa aĵuntarte con mozotros y pider por tu salud? Wa ven, ven y mostra tu jial pintado en la eznoga, y ya lo miraras bien mirado como el Hashem Yitbaraj te apiadará con una refuá shelemá, y se te abrirán las puertas de luz…”
Ya ḥasrá por la dursura de esos tiempos leshanos. En esos años de antes, los sefardíes en Jerusalén moraban uno cabe el otro, y todos paytneaban, meldaban, y hazían las cozzas igualito igualito. Ansina que los sonidos que acompañaron mi infancia en Jerusalén en esos días de seliḥot, feron sherkeados por todos: por las noches el canto de los gríos con las cigarras, y por las madrugadas, la voz del berráḥ, ese trovador ĵudió de las ĵuderías, pregonando y ˁaiteando «seliḥot; seliḥot…»
Wa esto vino a ser, que uno de esos días leshanos leí el maˁase del sabio grego de los tiempos antiguos, del descansado de Diógenes. Este sabio sareaba las caleĵas de su cibdad en el medio día, ĵoreando un candil en la mano. Venían todos y le demandaban «¿A ferazmal Diógenes, a que es este ˁaĵeb tuyo de medir caleĵas en el medio día con un candil en la mano? Venía Diógenes y los dizía que él está metido en una bushqueda pa topar persona ĵusta y derecha. Ma, por mal, anque pasaron munchos días, y la luz del sol ĵunto con la luz del candil están arrelumbrando las caleĵas, nada apresta. Todavía él no tuvo no tuvo el wuen mazzal de topar aun si quiera persona derecha y ĵusta, como el Dio manda.

Cuando era chiquita, el sarear las caleĵas de estos dos, de Diógenes el grego y del berraḥ ĵudió, me pareció curiozzo y lo mizmo: uno bushcando persona ĵusta, y el otro llamando a las personas pa que hagan lo ĵusto asigún muestra Torá. El maˁase sobre Diógenes cuando era chiquita; cuando el ‘olám aparece lleno de maravías y de secretos sabidos por los mayores namás, me desho con munchos penserios. Me pareció que ansina mizmo, con un candil, se hazen las bushquedas. Y halaquí que la ḥobá más importante de los Yamím Noraím, entre Rosh Hashana y el día de Kippur, es hazer el Ḥeshbón Nefesh de lo que hazemos y de lo que no hazemos, y aznearlo bien azneado pa ver si semos wuenos y derechos como el Dio manda. La cozza me pareció clara: la bushqueda obligatoria en las “tripas y almas” pa hazer el Ḥeshbón Nefesh, se debe de hazerse igualito como lo hizo Diógenes, zaˁama, con un candil.
¡Que apuro y que wahlá, a mi madre! Me quedí waḥleada por no saber cómo se mete un candil adientro de las tripas pa bushcarlo bien bushcado. Cuando demandí a mis padres que me ayuden aprestar la veluntad, ellos me secaron la boca, pamorde que los pareció que me estoy arriendome de muestra reliĝión. Y me lo disho mi madre: “No haya mal; no haya mal de ˁawĵear muestras ˁadas endiamantadas del Ḥeshbón Nefesh. Wa mirí, mirí y mirí, ma un penserio preto como el tuyo, nuncua mirí”.
Pasaron años dezde esos tiempos inocentes. Ma en cada vez que jammeoy en eso, me parece que los padres deben de mirarlo bien mirado cual son los libros que los niños chiquitos leen. © 2011, 2020, Alicia Sisso Raz Una verzión se publicó en Aki Yerushalayim 2020
≈≈≈≈≈≈≈≈≈≈≈≈≈≈
Glosario
- s.e.c. – según el contexto
- exp. – expresión
- ˁaiteando – gritando
- ˁawĵear – burlar
- ˁolam –mundo
- abonda – basta
- Aprestar la veluntad (exp.) – resolver el problema
- berráḥ -pregonero
- demandar – preguntar
- derecha – persona recta y justa
- desḥatarados – sin entusiasmo
- embolicar – engañar, embaucar
- eznoga –sinagoga faidá – éxito
- ferazmal – contracción de: feras (fueras de) mal= protegido de mal. Según el contexto se puede entender como expresión de cariño o de ironía
- ḥalampón- trapacero, mentiroso
- ḥalḥalás – con prisa
- ḥatta – hasta
- Ḥeshbón Nefesh (exp figurativa) – evaluar el alma y los valores de la persona
- jammear – pensar
- ĵoreando – arrastrando
- keffús bahlús – cosa estropeada
- maˁase – cuento malo
- muriendo – (exp.) enfermo
- meḥilá- perdón
- mizman bereshit- tiempos arcaicos
- pa – para
- paitnear – cantar los salmos; rezar
- penserios – pensamientos
- refuá shelemá – cura completa
- sareando – caminando, andando, recorriendo
- Secar la boca – (exp.) Hacer callar a…
- Seliḥot – oraciones de penitencia
- selqear (o serqear)- soltar
- shenshleaban– meneaban, empujaban
- topar – encontrar
- wa- pues
- waḥleada – preocupada, ansiosa
- wuen mazzal – la buena suerte
- Ya ḥasrá – expresión de nostalgia