Por Alicia Sisso Raz
¡A immá cuanto daría yo pa comer un plato de Alkoshor! ¿A ma no me alevantí munchas vezes pa guizzarlo? Ma nuncua me salió ni igualito ni aparecido al Alkoshor de cazza, lo que mos guizzaba mi abuela en Tizabeab. Mi abuela la descansada, Sol Bergél, se quedaba de ta’anit en todas: ella ni comía ni bebía en la ta’anit de Guedalia, en la de Esther, y en todas las demás. En muestra cazza ni carne ni pollo pasaban por la boca todos los nueve días de Ben Hamesarím. Woh se haga por el ahoguiĵo y el apuro que se sintía en cazza durante esos días.

Wa por mal que hubo en Siyyón (exp.), ¿no es que lo sabemos bien sabido el puño de las guezeras y de las negraduras kefseadas que pasaron en Tizabeab? Halaquí unitas namás: el ḥorbán del primer templo en Jerusalén por los Babilones, el ḥorbán del segundo templo por manos del mal.logrado de Titus y los Romanos, la espulsión fera de España… ¿Wa ḥobá es de enmentar todo ese Ejá y Tizabeab (exp.) de los demás? Escuzzada fera la hora (exp.)
Anque mi abuela la descansada se quedaba de ta’anit, ella nuncua ḥokkeaba con mozotros que si ayunamos au no. Ella, como todo ella una alma ḥnina y durse, gher mos pidía que no cantemos, que no mos alegremos, y que no comemos ḥaĵitas sabrozzas. Todo esto pa que no mos gozzemos demaziado en este día triste. Vinía ella y mos guizzaba el Alkoshor, por ser una comida de za’ama ‘aniyyut. Unos diítas antes, ampesabamos apañar las sobraĵitas de pan y las deshabamos a secar. No sea vuestra falta por ese Alkoshor endiamantado que se ‘adleaba con esas sobraĵitas de pan seco. !Eso era pa chupar los dedos! El Alkoshor no se comía solo; se acompañaba con una ensaladita de berenĵena assada, adobada con su ajito, su limón, su azeite y sal. Tanto me plazía ese Alkoshor y su ensaladita sabrozza de bereneĵena, ḥatta que me sintía que soy una pecadora, por gozzarme tanto en el día triste de Tizabeab. Y siempre lo jammeaba, que ni los reyes de España, esos reyes que mos espulsados y mos echaron afera, tuvieron la zejút de gozzarsen como mi en esa comida sabrozza.

Wa esto es, que cada vez que me entra el waḥsh pa un platito de Alkoshor, me alevantoy a guizarlo, ma nuncua me sale con ese sabor endiamantado que todavía queda en mi boca, como si fera hoy. Y daca agüera que (exp.) yo sigoy la receta de cazza. Ya me cansí apañando bocaditos de pan, ya me qanteí desharlos a secar, y adobarlos con ese sufrito sabrozzo de azeite, ajito, pimentón, comino y sal. Y ni me olvidoy de aprontar la ensaladita de berenĵena, ĵusto como el Dio mandó (exp.). Ma, ?adolo el Alkoshor mío y adolo el de mi abuela? Discués de munchos años, munchas prebas y qadeso de Alkoshores que se echaron de la mezza a la basura, lo espoy porque se me ‘aksea la cozza; es que lo más emportante falta– la mano consolozza de berajjá de mi abuela la ḥnina, que en paz descanse.
EL ALKOSHOR
♪ Poner bocaditos de pan seco en una sopera
♪ Roshear el pan con unas gotitas de agua fría, y mesclarlo.
♪ Fughrearlo ensima de un cuscusero, igual como se
haze con el cuscusú.
♪ Aprontar de mientras un sufrito de azeite, ajo
picado, pimentón, comino y sal. Dabagar con la sal
pamorde que el pan ya tiene su sal…
♪ Cuando los bocaditos de pan estén blanditos del todo,
volverlos en la sopera y aumentar ensima el sufrito. Se
mescla bien ḥatta que todo el sufrito se chupe.